jueves, 10 de noviembre de 2011

Aprender a escribir, aprender a redactar


Introducción:

El proceso de escritura esta muy relacionada con el proceso de lectura. Al fin y al cabo leemos lo que escriben otros. Si nuestra manera de leer esta cambiando, (no se sabe si para bien), ¿deberíamos cambiar nuestra manera de escribir?

Yo creo que no. Con lo que volvemos al principio. ¿Debemos cambiar nuestra manera de leer? Rotundamente NO

Texto extraído de un artículo encontrado en Internet. Para verlo completo pincha aquí:
 
Redactar es otorgar un orden, una estructura, a aquello que digo, mediante la palabra escrita.

Para que este acto de comunicación sea efectivo, para que cumpla con su deber de informar y educar respecto de ese "algo" que queremos descubrirle al lector, la redacción debe ser clara y comprensible, sin dejar espacios de duda. Para esto, debemos tener claramente establecido en nuestro cerebro lo que vamos a decir. Estamos obligados a tener la "idea clara".

El escritor debe: 1) motivar al lector con el tema que propone, 2) establecer un orden en lo que quiere transmitir, y 3) encontrar un lenguaje común para establecer una relación "aireada" con su lector.

Al escribir transformamos nuestras vivencias, sentimientos, ideas y conocimientos en frases, oraciones y párrafos. El que elige leernos debe encontrar en aquellas frases, oraciones y párrafos, el sentido mismo de lo que quisimos transmitir. Si queremos que realmente nos entiendan y rescaten de la lectura de nuestros textos exactamente lo mismo que quisimos expresar, requerimos encontrar el lenguaje y el tono que exprese nuestro mensaje del modo más adecuado.
Existen tres fases previas a la redacción:

1.              Descubrimiento del tema: encontrar qué decir.
2.              Disposición: ordenar lo que encontremos.
3.              Elocución: ubicar las palabras adecuadas en el texto.

 Errores que frecuentemente cometemos a la hora de escribir;

1.      Anunciar al inicio del párrafo algo que diremos y, antes de desarrollarlo, referirnos a otra cosa
2.      Presumir que quien leerá el texto ya está familiarizado con la noticia a la que me estoy refiriendo.
3.      Dar por concluidos textos que no transmiten lo que queríamos transmitir al comenzarlos.
4.      Utilizar muletillas como "Por otra parte/lado", "Por su parte/lado", "Y es que", para comenzar una oración o párrafo, cuando no se sabe cómo hacerlo y no se quiere pensar en una solución creativa para resolver el problema.

Lo primero es lo primero

¿Cuándo iniciamos realmente el proceso de escribir?, La respuesta es bastante sencilla: empezamos a escribir en el mismo momento en que en nuestra mente aparece la idea.

Al momento de comenzar a pensar en un tema inmediatamente nos hacemos una imagen mental de lo que queremos obtener: ya prefiguramos cómo lo escribiremos.

Ante cada párrafo que escribamos debemos preguntarnos si hemos logrado comunicar tal como queríamos aquella totalidad a la que nos referimos mediante la palabra (parcial). Debemos practicar el mismo ejercicio con cada uno de los verbos utilizados, verificando que sean los más adecuados y que se utilicen en el tiempo correcto. Debemos buscar la palabra y el verbo más representativos.

Debemos dar un orden a lo que queremos decir

Interlocutores Imaginarios:

1.   Escribo para mí: interlocutor: yo. Este es el plano del diario de vida; es muy personal. Puedo escribir en códigos que sólo yo entiendo, pues nadie más que yo es el destinatario de mis palabras. Este es el plano del diario de vida. ME HABLO a mí en tiempo presente.

2.   Escribo para ti: interlocutor: tú. Escribo para alguien que conozco y me conoce. Comparto códigos comunes con él, es personal, pero no al mismo nivel que el anterior. Este es el plano de las cartas. TE lo CUENTO en tiempo pasado.


3.   Escribo para él: interlocutor: usted. Escribo para alguien que no conozco ni me conoce; no hay conocimiento del uno hacia al otro, por lo que todo lo que escriba tendrá que ser perfectamente claro, en un código comprensible para ÉL. Este es el plano del periodismo. LE INFORMO hoy. Debemos emplear un lenguaje público, de uso común, no importa cuántas veces ni de qué modos sea leído, siempre se entenderá de la misma manera, uniformemente.
 
El orden necesario

Todo texto se lee de acuerdo con una secuencia lineal; parte en el primer párrafo, continúa por los siguientes y se concluye en la última palabra del último. De este recorrido, que por obvio se olvida y muchas veces se pasa a llevar, se desprenden los tiempos progresivos de la lectura:

1.   NOTICIA: (Exposición introductoria) En el comienzo, el lector espera que el texto responda a la expectativa generada por el título. Por lo tanto, conviene que la primera parte del texto dé una idea general de su contenido y establezca alguna afinidad con el lector (cercanía).

2.   ANTECEDENTES: (Elementos que fundamentan la noticia) El lector ya ha entrado en el tema, lo identifica con una imagen ya existente en su mente y sigue leyendo. Desea ampliar su información y busca argumentos que apuntalen, amplíen y contextualicen la noticia.
 
3.   CONCLUSIÓN: (Lo que se desprende de todo lo expuesto) En el último tramo del texto el lector querrá llegar a una conclusión; algo que dé mayor peso y concrete todo aquello que ya se ha expuesto. El texto debe dar esta conclusión (esto en el caso del periodismo es un imperativo, no así en la literatura), ya sea de manera implícita o explícita.